Entréme donde no supe / y quedéme no sabiendo / toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde entraba / pero cuando allí me vi / sin saber dónde me estaba / grandes cosas entendí.
No diré lo que sentí / que me quedé no sabiendo / toda ciencia trascendiendo.
San Juan de La Cruz
En este periodo de la ciencia, a decir verdad desde 1930, -sino que nosotros no hemos querido actualizarnos... O tal vez nuestra educación no nos lo ha permitido-, el paradigma de Newton sobre la materia sólida y la gravitación universal, se ha derrumbado entre los científicos y el método científico, para dar paso a la Relatividad, la Mecánica Cuántica y a la Teoría de Cuerdas, que constituyen puente y explicación al misticismo y la espiritualidad.
Todo lo que antes se negaba, es posible en esta nueva visión de la ciencia: los fenómenos paranormales, la telepatía, la telequinesis, la comunicación con seres desencarnados, los viajes en el tiempo, los extraterrestres, otras realidades, la inmortalidad y mucho más.
Todo es luz y sonido.
El espacio es curvo.
El pasado y el futuro no existen y
Hay once dimensiones.
...El nuevo paradigma asusta porque transforma la realidad en que vivimos cómodamente. Desmontar las creencias produce ansiedad y miedo... El mundo conservador se opone ferozmente a un cambio de paradigma porque significa cambiar los modelos actuales del consumismo, lo convencional, lo ortodoxo y lo cómodo.
Admitir que la realidad en que vivimos es falsa y que lo que vemos no es lo real, se convierte en la posibilidad de codificar lo que percibimos de otra manera y ver otras realidades.
Tenemos que empezar a plantearnos la posibilidad de que si queremos cambiar el mundo que nos rodea, tenemos que empezar a imaginarlo de otra forma, por inquietante que sea esta visión.
Para comprender la posibilidad de que existan otras realidades debemos transformar nuestra forma de pensar, de ver el mundo. Debemos ampliar nuestro conocimiento a otros estados de conciencia que nos abran las puertas a otras realidades.
El conocimiento es transformador y se convierte en una necesidad de gran actualidad en este cambio de paradigma: Es la máxima aventura existencial. El mundo y lo que nos rodea no es lo que nosotros pensábamos: es mucho más y nosotros formamos parte de ese Todo, inexorablemente conectados a él. No solamente somos parte del proceso: Somos el proceso mismo".