¡Armonía, armonía y armonía! El pensamiento oriental, que ni siquiera el más fuerte de los políticos pudo borrar, está basado en aspectos del budismo que no nos vendrían nada mal a nosotros:
Un movimiento tiene valor por su belleza, no por su utilidad. Igual que los regalos: El buen regalo debe ser absolutamente inútil. Éste generará la máxima satisfacción en el agasajado. Porque el regalo útil... (las medias, ¿tal vez?) produce cierto desencanto en quien lo recibe, (aunque en efecto lo necesite).
- ¡Pero nada de esto sabemos los occidentales! Ni siquiera sabemos que el regalo se abre en privado, cuando la visita ya se fue y no es necesario fingir ni ocultar nada-.
Llevemos entonces, algo de simplicidad a nuestra vida y hagamos un esfuerzo consciente por decorar bellamente cada una de nuestras acciones, por elementales o rutinarias que sean. Esto, aunque no parezca, nos ayudará en el entrenamiento para estar "presentes en el momento presente", que es nuestro objetivo actual y liberador. Y a la vez, ¡embellecerá nuestro mundo!
Para esta filosofía, la vida es arte, perfección y respeto por todos los seres, incluso por los objetos de los que nos servimos diariamente.
La belleza está antes que el negocio.
La acción impecable es más importante que ganar la competencia,
y la cortesía es materia obligatoria en el día a día.
La forma va antes que el contenido... Exactamente al contrario de lo que en nuestra "cultura" creemos.
Un movimiento tiene valor por su belleza, no por su utilidad. Igual que los regalos: El buen regalo debe ser absolutamente inútil. Éste generará la máxima satisfacción en el agasajado. Porque el regalo útil... (las medias, ¿tal vez?) produce cierto desencanto en quien lo recibe, (aunque en efecto lo necesite).
- ¡Pero nada de esto sabemos los occidentales! Ni siquiera sabemos que el regalo se abre en privado, cuando la visita ya se fue y no es necesario fingir ni ocultar nada-.
Llevemos entonces, algo de simplicidad a nuestra vida y hagamos un esfuerzo consciente por decorar bellamente cada una de nuestras acciones, por elementales o rutinarias que sean. Esto, aunque no parezca, nos ayudará en el entrenamiento para estar "presentes en el momento presente", que es nuestro objetivo actual y liberador. Y a la vez, ¡embellecerá nuestro mundo!