¿Qué sucede en mi interior cuando escucho mi música favorita?
¿Es un fenómeno en mis oídos?
¿En mi cerebro?
¿Es una caricia que permea a traves de mi piel?
Cada nota de la
garganta privilegiada de Pavarotti viaja por el aire, entra a mis oídos... y genera emociones en mi corazón. También estimula el análisis en mi mente. ..
recuerdos... ganas de cantar... de sonreir... ¡Ocasiona en mí toda una transformación!
Casi podría decir que toca mis cuerdas constitutivas, como si fuéramos hechos de sonido.
Y puede ser...
Los físicos hablan de la teoría de cuerdas que son los componentes de las partículas que forman la materia-energía... Y de esas partículas estamos hechos nosotros. Ahí estaría el punto de contacto.
Pero no a todos nos afecta de manera similar un tipo de música... Y existe música que nos molesta e incluso nos afecta desfavorablemente.
¿Por que?
Porque la vibración de las cuerdas musicales resuena con nuestras cuerdas
interiores, solamente si genera tonos similares.
Aparte de cualquier teoría evolucionista espiritual -que a lo mejor denigraría de otros seres
humanos, lo que no es justo ni real-, está la posibilidad de que todos seamos capaces de vibrar a tono
con cualquier tipo de vibración que pase frente a nosotros, pero hayamos desarrollado una
tonalidad preferente en la que pasamos gran parte de nuestra existencia.
Esta resonancia sucedería a través de los chacras. Los vórtices de energía que entran y salen del cuerpo. Y es lo que permitiría tan gran variedad de gustos musicales.
Actualmente muchos jóvenes vibran en
el chacra inferior, con el que resuena la percusión y los ritmos más
ancestrales, traducidos ahora al rock, regaetton, metálica, etc. Es un "buum-buum-bum" que les vibra bajo el ombligo.
Otros, en cambio resuenan con el chacra del corazón... Son los románticos.
Y finalmente, gente como los admiradores de Bach y Haydn, resuenan con la música a través del chacra de la cabeza. Es otro nivel completamente diferente.
En dónde resuene la música preferentemente depende también de los hábitos, el ambiente y la educación. Por eso importa la música que colocamos de fondo al crecimiento de nuestros hijos.
Así que esa es la explicación de lo que siento, y el sitio a donde me transporta mi música favorita: ¡Una experiencia angelical!