Enric Corbera, instructor de Un Curso de Milagros en España y creador del
sistema de sanación llamada Bio Decodificación, promueve el enfoque de que las
diversas dolencias tienen un significado emocional, y que por lo tanto, pueden curarse corrigiendo lo sicológico, en vez de dedicar excesiva atención a
la parte del cuerpo afectada.
Por ejemplo, el dolor de rodillas.
Las rodillas representan a los padres. La
izquierda a la madre y la derecha al padre. Así, en principio, su dolor
constante indica un conflicto no resuelto con alguno de los progenitores.
Igualmente, en conjunto mis rodillas representan mi flexibilidad y mi testarudez. Mi capacidad o incapacidad de adaptarme.
Por otra parte, este malestar representa una actitud muy clara: ¡Arrodillarse!
Plegarse.
Rendirse.
Plegarse.
Rendirse.
Así, la persona aquejada por un dolor permanente de rodillas se está rebelando contra una situación que sub conscientemente considera una dominación impuesta por otros (o a lo mejor, por sí misma para complacer a otro).
Literalmente, la persona considera que está siendo forzada a hacer lo que no
quiere por la imposición de un tercero, o por sus propias creencias equivocadas
sobre lo que es su deber, por encima de lo que desearía realmente actuar.
Es una responsabilidad mal entendida.
La solución está en observar éste conflicto y flexibilizarse, comprendiendo
que en la mayor parte de los casos estamos agrandando inconscientemente el
problema y complicándolo con nuestro bloqueo.
Básicamente debemos observar que estamos nadando contra la corriente, en
lugar de aceptar las cosas tal como son.
Lo conveniente sería mantener la confianza de que
seguramente se trata de algo temporal y que si nos proponemos, pronto tendremos la capacidad
de compaginar nuestros sueños con los deberes actuales.
No niego que habrá momentos también en que la solución requerida sea un rompimiento con una rutina abrumadora, despertando a una clara situación de abuso. Sin
embargo, en la mayor parte de los casos es nuestra propia rigidez y desagrado
con una etapa de nuestra vida, la que causa ese pertinaz dolor de rodillas.
¡Sentimos que nos quieren hacer arrodillar!
Y nosotros creemos que nos estamos
resistiendo, con el consiguiente desgaste.
Y a lo mejor no es tan cierto. Como siempre, somos nosotros mismos los que
nos ponemos las gafas para interpretar las situaciones de una u otra manera, y
lograr en este caso, colocarnos ante nuestros propios ojos como la víctima
inocente. ¡Muy cómodo!
A mí siempre me duelen a veces las rodillas...
Triste, ¿Verdad?
Otra posibilidad es
que se pasa uno la vida haciendo lo que no quiere.
Exteriormente, yo hacía adecuadamente lo que me había propuesto. Pero en mi interior, me rebelaba diariamente al hecho de tener que acudir a trabajar por dinero en una oficina, -encerrada en la ciudad-, mientras lo que quería era estar en el campo haciendo cosas bien distintas a la administración de una empresa.
Lo malo es
que mi rebelión no fue lo suficientemente valiente para realizar el cambio
necesario...
Y así pasaron los años, ¡Con esporádicas crisis en las rodillas!
Y así pasaron los años, ¡Con esporádicas crisis en las rodillas!
Lo escribo para que no le pase a usted:
O se relaja y disfruta :) ¡O cambia la situación de manera radical! Pero no puede continuar viviendo con el conflicto.
De lo contrario, las rodillas le gritarán que no quieren ir donde
usted pretende llevarlas!