miércoles, 6 de abril de 2016

El Problema de la Muerte



Más que la incertidumbre sobre el fin de la vida, el alejamiento de los seres queridos y el  mitológico comienzo de una etapa de premio/expiación por lo realizado, pienso que lo más importante acerca de la muerte es el asunto de la continuidad de la conciencia. 

No creo en la muerte como disolución total,  puesto que tengo la certeza de ser eterna. Sin embargo,  me intrigan mucho las sensaciones e inquietudes que deben asaltar al moribundo cuando se percata de los cambios que le están acaeciendo. Al respecto es muy detallado el libro Tibetano de los Muertos... El Bardo Todol.  Demasiado detallado para mi gusto... Se preocupa por notar la cesación de cada proceso fisiológico... Como si fuéramos ahora conscientes de ellos y fuéramos a sentir su falta...

A mi más bien me gustan los relatos de esa transición que hace en sus mil libros Edgar Cayce: senderos más o menos placidos hacia la luz, con paisajes acogedores... y en la persona siempre, la sensación de que es mejor estar allá que aquí.

En este sentido, simplemente uno ve lo que espera ver, pues como siempre, la mente crea el escenario en que se cree. Así,  cada cual ve lo que su religión le dijo que iba a pasar. .. ¡Al punto de poder encontrarse con San Pedro dándole la bienvenida!! Ahi encajarían los relatos de experiencias cercanas a la muerte, en los que se conversa con familiares muertos hace tiempo, quienes se aproximan a guiar al moribundo.  Según algunas doctrinas, esas visiones desaparecen lentamente mientras el "alma" se da cuenta de donde está realmente (tal vez otra dimensión ) y acepta su nueva condición.

Cuando mi abuelita murió,  mi madre se vio muy afectada y relataba situaciones que coincidían con lo anterior, sin que ella nunca hubiera leído sobre el tema. Soñaba siempre que se internaba sin permiso en un túnel,  al final del cual había la claridad de un mundo "normal" en el que veía a mi abuelita realizando las labores de su cotidianidad. Esto es... Tendiendo su cama, doblando el periódico, lavando sus medias... En un ambiente brumoso, muy blanco... En silencio y sin afán.

Era esta escena la que mi abuelita había creado,  o más bien, ¿La que mi madre consideraba lógica?
La que sí era muy clara, era la prohibición de pasar de un punto en el túnel y una fuerza avasalladora que la impulsaba en sentido contrario... hacia la vida,  aunque ella solamente deseaba seguir a su madre.  Este relato es recurrente en los libros de vida después de la muerte.


Qué tal  la situación de los Khrisna que van a un paraiso de abundancia y placer en una isla escondida en el Pacífico? Cada cual teje su historia ideal... Pero ¿Cuándo aterriza la conciencia a la realidad? Cuánto "tiempo" se queda uno en su ilusión ? ¿Qué sigue después? Cómo se adapta nuestra conciencia al nuevo estado? ¿Súbitamente como un despertar o revelación? o ¿Poco a poco?

¿Cuándo lo llaman a uno definitivamente a filas???
¿Cómo sería esa otra realidad?