viernes, 24 de mayo de 2013

Instrucciones para despertar 1. La Película es Falsa.

¿Podría ser que por alguna desconocida razón, la Humanidad se internó en la caverna de Platón, y sus miedos la llevaron a atarse a sí misma frente a las sombras, sin poder volver a salir? ¿O sin querer puso a funcionar el holograma, manejando inconscientemente la cámara? El caso es que hubo un momento en que su percepción cambió sustancialmente. La Humanidad se enfrentó a una existencia limitada, llena de necesidades para sobrevivir. Perdió el paraíso.

El Mito de Adán y Eva representa la Humanidad que abandona por su propio error, una existencia bienaventurada, sin carencias, sin trabajo, sin dolor. El momento preciso de la Caída del Hombre es el instante en el cual su percepción recta, normal, alineada con su Creador, se desvía pasando tal vez a otra frecuencia, otra forma de "ver" el mundo. Empieza a creer que es personas independientes, y lo que es peor, separadas de su Dios, que todo se lo daba gratis y sin esfuerzo.

Comienza la visión DUAL. Es decir, la Humanidad se sumerge en el sueño colectivo de la Separación, porque aparece una polaridad que hace que nada exista sin su contraparte: No hay ya luz sin oscuridad, ni vida sin muerte. Aparece el Norte en contraposición al Sur. El bueno versus el malo. La bonita y la fea. Todo se fragmenta. Y enfrentándose a nuestro Ser, nace el que hasta ahora hemos pensado que es nuestro salvador, nuestra personalidad: el ego.

Claro que como relata el mito, algún prisionero logró escapar de la caverna y vio el Mundo Real. Contento y entusiasmado regresó a contárselo a sus amigos esclavos, pero éstos en su miseria, se rieron de él y lo crucificaron. Por supuesto, al liberado este hecho no lo afectó ni poco ni mucho, pues a los tres días apareció caminando por ahí, resucitado. Pero la Humanidad siguió prisionera y para peor, venerando su cruz, su sacrificio, su muerte y su dolor, cuando lo que él quería trasmitir era la verdad de su/nuestra  inmortalidad.


El punto es que nosotros, afectados por la caída de Adán y Eva, estamos aquí concientes por primera vez de que nos hemos sumergido en el profundo sueño (sea por la causa que sea); un espejismo alimentado por la maraña de nuestros colectivos pensamientos, que además de incoherentes, están manchados de miedo, agresión e inseguridad. Lo que resulta no puede ser más que un mundo caótico, injusto y violento.

Pero lo peor, es que la gente desconoce que está dentro del sueño... Atribuye realidad a todo lo que su mente proyecta... Y en este juego se va perdiendo cada vez más, alejándose infinitamente la posibilidad de despertar.  Por experiencia sabemos que nunca un sueño ha sido coherente. En él, por las noches, a veces somos la víctima y muchas otras, el victimario. Hacemos cosas locas, y en ocasiones hasta inmorales. En las pesadillas, nos persiguen y nos matan. Pero al despertar, somos nosotros otra vez. 

Por suerte, es un hecho que muchos ya deseamos firmemente despertar. Y no solamente es posible despertar, sino que es urgente dedicarnos a hacerlo.

Corrijamos, entonces nuestra visión. Empecemos a mirar la Matrix como lo que es: un demente experimento fílmico improvisado por miles de libretistas-actores empujados por los egos, asustados y muy ignorantes. Y dejemos de contribuir con nuestros propios pensamientos egoístas y fatídicos, impulsados por los noticieros que parecen enviados demoníacos para mantener el terror y el desprecio por el ser humano. La verdad es la siguiente:

Toda la película que estamos viendo, es FALSA.  Eso es lo principal que por ahora debemos saber.

Veamos así las cosas. La nueva visión recta nos hermanará con nuestros semejantes y nos permitirá comprenderlos en su aparentemente absurdo obrar. 

El Ser Humano es intrínsecamente perfecto. Está confundido, pero eso no le resta su origen divino. El ego lo ha revestido de cosas inútiles y él se creyó que ese monigote era él.