Esta es una nota adicional a la secuencia Meditación Paso a Paso, que complementa dicho entrenamiento. En ella quiero llamar la atención en que no menos importante que toda la mecánica de la posición y la respiración, es la intención del meditador, que se mantiene subyacente durante todo el proceso, a pesar de que los pensamientos ya hayan desaparecido de la mente.
El maestro Zen Taisen Deshimaru decía a sus discípulos mientras vigilaba su meditación: "¡Pensar sin pensar!" ¿Cómo es posible pensar sin pensar? Además, ¿Cómo hacerlo cuando estamos tratando de descartar de nuestra mente todo pensamiento, e intentamos, si apareciera alguno más, dejarlo volar como una nube frente a nuestra ventana, sin seguirlo y sin querer retenerlo?
Pues sí. Pensar sin pensar, solamente sucede en estado meditativo y es involuntario. Simplemente se da cuando la quietud es suficiente. Cuando tenemos la fortuna de alcanzar la mente "en blanco", esto es, cuando la mente ya se cansó de mirar los pensamientos, nuestra INTENCIÓN original al sentarnos a meditar puede aflorar suavemente y sin causar ningún disturbio a la paz de nuestra meditación, ni ocasionarnos distracción alguna. Simplemente nos direcciona amorosamente.
Con ello se hace importante nuestra intención original al decidir meditar. Esta intención es un pensamiento consciente inicial y dominante, escogido por uno mismo, que puede variar de una persona a otra. Por ejemplo, es intención muy válida cualquiera de las siguientes:
- Fundirme con el Universo
- Sentirme Uno con toda la Humanidad
- Regresar a la Fuente
- Desaparecer en el Vacío
- Expandir mi conciencia hasta el Infinito
- Experimentar el Amor Universal
- Desconectarme por unos minutos de Matrix
En especial, hay una intención que puede llevarnos muy lejos. Es la intención de Comunicarnos con el Creador, que abre un canal de doble vía permitiendo la inspiración divina y alimentando al meditador con energía tanto física como espiritual. Igualmente, inicia la apertura necesaria en el cambio de visión hacia la visión recta; esto es, llegar a ver las cosas como realmente son.
Definamos entonces cuidadosamente nuestra intención antes de empezar la sesión de meditación, pues esa idea será la que se mantendrá en el fondo del No-Pensamiento mientras disfrutamos de ese rato de libertad.