Pensemos que vamos al cine. Abramos nuestra mente como cuando nos sentamos a ver una película de ciencia ficción, caso en el cual estaremos preparados para ver cualquier escenario, cualquier tipo de protagonistas, -animales, humanos, flores o juguetes animados-, esperando sin prejuicios el desarrollo de la trama con ánimo de disfrutarla, sea la que sea.
¡Perfecto! ¡Aquí va la película!
Un Universo creado por el Absoluto estaba plagado de vida inteligente.
Los astros circulaban por el espacio de la manera que Él lo había establecido, -junto con su bullicioso contenido de seres inteligentes, animales, flores, árboles y minerales-.
Los seres de los distintos astros fueron evolucionando cada uno por su línea, cada vez más concientes de sí mismos y del Plan Divino.
Muchos grupos llegaron a la individuación de sus participantes, reconociéndose como entes independientes (pues desarrollaron un yo o ego, muy útil inicialmente).
De ahí en adelante, todo fue muy rápido. Progresaron y fabricaron bienestar, higiene, tecnología y arte a su alrededor, cada cual en su estilo propio.
Más adelante, cuando su comprensión del Universo fue suficiente, comenzaron a explorarlo aprovechando las facilidades que les daba la Física Cuántica y otras propiedades del Holograma, que muchos ya dominaban.
Después, sucedió lo lógico:
Se encontraron por el espacio, se conocieron, se aceptaron la mayoría de manera civilizada, aunque, dependiendo de su nivel evolutivo, algunos belicosos causaron muchos problemas en algunos sitios, como en el Planeta Azul.
Por todas partes hubo alianzas y comercio de minerales, especies, comida y manufactura. ¡Lógico!
Pero en la Tierra hubo una condición especial: Su riqueza en oro y piedras valiosas (materiales útiles por sus aplicaciones tecnológicas), despertaron la codicia de algunos grupos, que como dicen los textos antiguos, libraron tremendas batallas por su dominio.
Gigantes unos, alados otros y con aspecto aún más extraño unos más, fueron dejando huellas de su paso en las rocas, grandes construcciones y múltiples leyendas.
Había muchos recursos...
¡Pero para explotar y producir, se necesitaban obreros!
Por lo que el grupo triunfador tomó una especie nativa y la manipuló genéticamente un poco para que fuera capaz de trabajar obedeciendo correctamente sus órdenes y le temiera suficientemente como para adorarlo y servirle incondicionalmente.
Esta civilización esclava sirvió por mucho tiempo a sus "dioses" y confió en ellos, a pesar de sus personalidades iracundas y violentas.
Hasta el día en que algún otro personaje inter-galáctico (?) más benévolo, se apiadó de este rebaño y le contó a la parte femenina de la Humanidad que si desacataba las órdenes, podría acceder al conocimiento y al uso de las herramientas, con lo cual ¡Podría ser tan consciente y sabia como sus captores!
¡Esta fue una osadía duramente castigada!
Los trabajadores fueron expulsados del cómodo campamento por un guardia armado y tuvieron que salir al mundo a sobrevivir con trabajo duro, en condiciones siempre adversas y con la muerte y la enfermedad acechándolos.
Le quitaron al género humano muchas de las prebendas de que gozaba cuando inconsciente, se limitaba a ser una sub-especie obediente.
Tal como se le sentenció, tuvo que luchar en adelante por su sustento, con la marca eterna de sentirse una raza hondamente culpable.
Así que continuó humillándose ante los captores, quienes además, exigían deliciosos alimentos en "sacrificio" y hasta utilizaban sexualmente a las mujeres terrícolas.
Por esto último, hubo en consecuencia, una hibridación genética de la que hablan distintas mitologías: Aparecieron los Titanes, que no eran ni dioses ni hombres: Personajes aparentemente normales, con algo de "sangre azul" alienígena.
Fue la caída del hombre. La raza desterrada tuvo que vivir bajo la amenaza de otras razas hostiles que compartían con ellos el territorio, manejadas por otros "dioses" que también buscaban la supremacía sobre el planeta y sus riquezas.
Pero lo peor, fue que con un click en su ADN, tal vez,
o de otra manera más refinada,
¡Le borraron la memoria a los terrícolas!
La gente olvidó la historia del planeta y de su grupo. Olvidó su origen y su pasado, conservando solamente el miedo a ser castigado por todos sus grandes "pecados" y la necesidad inconsciente de trabajar en favor de quien lo subyugaba.
Unos pocos, -a los que agradecemos de corazón-, conservaron mediante la tradición oral algunos relatos de batallas, tristezas y vicisitudes que han llegado hasta nuestros días, -no intactas-, pero con mucha información útil sobre nuestra historia, pues los titanes, para proteger su dominio, se encargaron de desaparecer todo escrito o vestigio esclarecedor de la historia de la Humanidad.
Así, lamentablemente, seguimos sin saber quiénes somos
ni por qué estamos aquí.
Seguimos preguntándonos cuál es el propósito de esta existencia y por qué somos esclavos del dinero, la política y las religiones que un grupo dominante entre bambalinas (descendientes de los mismos dominadores del pasado) impone sobre nosotros.
Esta minoría se enriquece con nuestro trabajo de sol a sol, mientras maneja la riqueza, las relaciones y el comercio con otras civilizaciones, dándonos de vez en cuando golosinas que oscurecen nuestras mentes para que no intentemos buscar la libertad:
Nos regalaron las guerras, la pasión por el fútbol, los odios raciales y políticos, los conflictos de fronteras, el terrorismo, los ídolos de farándula y los programas de televisión que moldean nuestras creencias
de la manera que más les conviene a ellos.
También nos dan a veces juguetes fascinantes para aturdir nuestra creatividad, como los celulares y los video-juegos. Así, seguimos siendo el mismo rebaño homogéneo, trabajador, superficial y cabeci-hueco.
Los medios están al servicio de los titanes, lo mismo que la ciencia, la farmacéutica, la medicina y las religiones... Y nosotros... inocentes criaturas que se creen en lo más alto de la evolución, pensando que somos el único planeta poblado,
somos tal vez los únicos en el Universo que no saben a dónde van, ignorando su potencial fabuloso de Hijos del Absoluto.
Seguimos sintiéndonos solos y sin conexión, simplemente porque a nuestros explotadores no les conviene que la masa trabajadora sea consciente.
Conclusiones:
- Como si fuera poca la dificultad de avanzar espiritualmente hacia nuestra mayor evolución y regreso al Absoluto, nuestro Creador...
2. Como si no fuera ya suficientemente difícil lidiar con este Ego que se agigantó y nos puso a competir entre hermanos,
¡Estamos a merced de un grupo que nos explota y nos mantiene engañados, obstruyendo nuestra atención con banalidades y sueños inalcanzables!
¡Triste película ésta, y tristes seres los que desperdiciamos una a una nuestras encarnaciones en pos del cebo de zanahorias que nunca nos pueden dar satisfacción, sumidos en la negrura de la más completa ignorancia!
(Baja el telón. Todo fue dicho)