lunes, 29 de febrero de 2016

¿Estoy Inmóvil?




Soy yo quien viaja, ¿O se me mueve el marco?

¿Voy por la vida mirando estáticos paisajes y gentes?

¿O estoy quieto, ante una ventana y ellos pasan al frente mío?


domingo, 28 de febrero de 2016

El Tronco Humano



Si quieres liberarte del ego por un rato, -dijo el maestro zen-,
imagina que eres un tronco que flota en el río.


Sorpresivo salpicar
Gorjear profundo de burbuja
Visión borrosa sobreaguando...
Silencio pasajero; espalda fría.

Golpe resortado de improviso
Algo transparente que me cubre
y me descubre.
Aquí... ¡Qué tranquilidad!


sábado, 27 de febrero de 2016

Síntesis de Todo



La Masa Pensante y autoconciente
crea de sí misma y dentro de sí misma. 

Reconoce y ama a sus creaciones y estas le aman.*

Una de sus creaciones es la Humanidad y el Gran Pensamiento la reconoce y la ama...
Y la Humanidad tiene la misma capacidad creadora** dentro de la Masa Pensante que todo lo contiene. 

Pero la Humanidad, por su parte, no reconoce a sus creaciones y por lo tanto no las ama.
Tampoco ama las creaciones originales de la Masa Pensante, que están para su disfrute. Las teme, las destruye, las aprisiona, las agota o las rechaza. 

Hasta el iluminado momento en que la Humanidad entienda que no hay nada externo a la Masa Pensante ¡Y despierte!


* cascadas,  árboles, astros,  flores,  ríos,  pájaros.
** objetos, eventos,  acciones, ambientes,  relaciones.



jueves, 25 de febrero de 2016

Amplificar la Conciencia del Presente



La visión integral se logra con un ligero desenfoque relajando la mirada. Se deja de hacer fuerza en cada detalle de la escena, intentando perder de vista ese punto central en donde se mantienen habitualmente los ojos y permitir que aparezca el paisaje periférico.

He notado que el ejercicio visual que propongo en esta entrada aumenta la conciencia en el presente: Forzarse a mirar toda la escena de una sola vez y no quedarse en el enfoque del detalle por detalle.

Esta disciplina, que se puede hacer en cualquier momento, genera un salto de conciencia desde una hasta tres dimensiones, que nos permite sentirnos plenamente en el sitio donde estamos, de manera integral.
 

¡Seremos concientes de que somos "algo que piensa" que está ahí en medio de una escena!

Por ejemplo: En lugar de recorrer con la mirada nuestro cuarto viendo sucesivamente un cuadro, un libro, una ventana, unas vigas de madera en el cielo raso, unos óleos enmarcados, nos sentiremos en cambio, de un solo golpe, metidos dentro de un espacio cúbico delimitado simultáneamente por paredes, ventanas y techo con vigas; adornado con cuadros, además.

Este ejercicio da una agradable sensación de conciencia y voluntad de estar ahí donde estamos. Es como mirar un estereograma... Donde pensábamos que no había nada ¡Aparece una imagen nueva!



¡Es eficazmente una ampliación de la conciencia!

Lo mismo puede hacerse cuando uno se coloca al volante: Antes de arrancar, conviene preguntarse "¿Donde estoy?" Y con esta visión ampliada, pasar a ser conciente de estar encerrado en una ridícula y pequeña caja metálica con ruedas, a punto de moverse.

Automáticamente, en la nueva visión aparecerán no solamente las cosas laterales, sino que nosotros mismos nos haremos visibles a nuestra percepción, como sujetos partícipes de la misma.

En el caso de estar a punto de conducir el automóvil, con este ejercicio dejaremos de mirar como zombies el carro que está adelante, para empezar a ser concientes de los postes, las casas a lo largo de la vía, con el cielo arriba de ellas; el conjunto del tráfico con nuestro auto haciendo parte de él.

Y lo más importante, seremos concientes de que existe un personaje sentado (no vemos totalmente su aspecto; tal vez solamente parte de las piernas o la silueta de sus manos), con una serie de controles y palancas frente a él, que además está respirando aire mientras siente la suavidad del contacto del asiento contra su cuerpo. Increíble: ¡Respira!



Lo recomiendo, porque me ha servido para darme cuenta dónde estoy (cuando tengo la disciplina de ejercitarme).

Cuando lo hago, ¡Siento que existo! Experiencia no muy común en nuestra rutina.



miércoles, 24 de febrero de 2016

Los Nombres de Dios

Porque lo eres todo, tienes todos los nombres:

Te llamábamos Atón en la antiguedad, pues iluminabas y dabas calor.
Luego Yahveh, cuando andábamos perdidos entre la arena.
Jeovah, el Yo-Soy, adoración del enamorado gran David (y mío).
Adonai, el señor rey.
Elohim... (¿raza de dioses?)
Emmanuel, el que nos acompaña en todas partes.

Te reconocimos en los mil rostros de Brahma...
Y también en el espacio.
Para los pensadores de ahora, eres el Todo.
O el Infinito... que envuelve la nada.

Aura Mazda y Orduz con Zarathustra.
Esculturas milenarias de Marduk en la lejana Babilonia.
¡Zeus entre relámpagos y cortes griegas!
Mientras tanto, embelesado Vishnú, gozando el Paraíso.

La Fuerza que mueve la selva, el viento.
El Creador de tanta belleza y perfección en el Edén
Oscuro entre galaxias... ¡Cósmico! De los Rosacruces.

El tan discutido Alláh, recientemente...
Odín en el norte, o Wotán sobre una barca enfurecida.

El Ojo-que-todo-lo-ve, omnisapiente.
Te llamas Augusto...
El hermoso Krishna bailando en cascabeles...
¡Abraxas surgiendo del fuego! El de Hesse.

Teótzin entre los aztecas del pasado y Tata Dios ahora entre los indios;
El omnipotente Júpiter en Roma después Deus, con el latín...

Los sabios antiguos y luego los ocultos, te decían el Logos.
El Ser Supremo... La Divinidad...
El Omnipotente, el Uno.
¡El Gran Arquitecto del Universo!

Agrega a la lista los secretos nombres
que menta cada una de tus creaciones
cuando te alaba alegre
te teme en la tormenta
o cuando infante de rodillas anochece.

Te llamas María, Steven, Olivier,
Emilio, Clara y los que van por la 68.
¡Y te llamas Jesús, por supuesto! Como se llamó tu enviado principal.
¿Cómo te llamarán los delgados habitantes de las Pléyades?

Te llamaste los Diez-mil Budhas... Ahora te llamamos Padre.
¿Algún día te llamaremos Amor?

Cómo serás de inmenso,
¡Que hasta a mis nombres respondes!!


lunes, 22 de febrero de 2016

Haiku. Señal.


Una garza blanca en el cielo blanco
Me saluda inmóvil como colibrí.
En señal lejana de una bienvenida,
de frente sus plumas
¡Sólo para mí!