Lo que necesitamos de inmediato, no es ni siquiera el cambio espiritual del despertar, sino otra cosa que viene antes: Recuperar la libertad básica, casi que física, de hacer lo que queramos hacer, comer lo que nos guste sin ingredientes tóxicos y maliciosos, oir las historias como realmente sucedieron, dejar de reaccionar en masa ante lobos y miedos inventados...
Hacer con nuestro tiempo lo que nos dé la gana...
Volver a ser seres pensantes, no repetidores de mensajes e ideas prediseñadas que facilitan que nuestras mentes sean llevadas al cadalso.
Algunos jóvenes ya lo han comprendido y se encuentran estudiando carreras no convencionales, cuya mención siquiera, hace unos años hubiera escalofriado a cualquier padre de familia. También se han desprendido de objetivos obsoletos pero generalizados, de las generaciones anteriores: Comprar casa, tener prestigio con un empleo mejor que el del vecino... etc. ¡Eso está bien!
Ahora un video con los pensamientos y consejos del gran Allan Watts: