La esencia humana es crear y disfrutar historias. Pero la gente cesa de crear, se resigna y se limita a alimentarse de la creación de otros, pues continúa necesitando la aventura, así sea virtual, imaginaria y ajena.
El Todo (la Humanidad compacta e integrada en una sola Mente), ama crear y
siente un fuerte impulso hacia la aventura y los relatos, que es capaz de vivir intensamente con su sola imaginación.
Esto lo podemos ver hoy en día, analizando que en el fondo, cada persona se porta de manera idéntica
a los niños, quienes necesitan un cuento antes de dormir: Los adultos, muy serios, ya no leen cuentos de hadas, ni aceptan
recordarlos -al menos en público-. Sin embargo, persiguen y disfrutan los
equivalentes en novelas de televisión, películas, literatura... Los hombres aman las películas policíacas, la acción. Además,
devoran noticias y su posterior complicación y suspenso, en periódicos,
telenoticieros y emisoras de radio. A muchos de nosotros nos encanta la ficción y el futurismo... ¿Por que? -La esencia humana es es crear y disfrutar de la ficción de las historias-.
Lo crítico de la situación es que hemos llegado a un punto de individualidad muy alto, que nos hace
sentir pequeños e indefensos ante la Totalidad. Además, las
condiciones de nuestra cultura incentivan la repetición y la similaridad,
frenando totalmente nuestra sed de nuevas experiencias, con lo cual no
queda más que saborear las aventuras de segunda mano a nuestro alcance... Las
que elaboran unos pocos despiertos (en el mejor de los casos)
o las que se fabrican en masa los grandes poderes, con mensajes tendenciosos y limitantes, para
paliar y a la vez aniquilar la sed de creación de las personas.
Entonces, la actitud correcta es retomar nuestras propias historias y aventuras, basados en nuestra propia imaginación. Cada uno de nosotros debe volver a crear cuentos, aventuras, historias, ficciones, poemas. Todos debemos volver a soñar: dormidos
y también despiertos. Porque esa es nuestra esencia: Crear aventuras y ser protagonistas
de las mejores historias de amor y valentía.
¡Somos los Magos de nuestro propio goce!
Así que, si damos un primer paso para redactar un pequeño verso o escribir una opinión sobre algo de actualidad, notaremos que todos tenemos la capacidad y veremos que además, es lo que más satisfacción nos da, obligándonos a pensar, ordenar nuestra mente para lograr el efecto deseado y lo más importante: ¡SER ORIGINALES!
Hagámoslo recordando nuestra conexión mutua, y nos sentiremos dignos de las mayores
fantasías y de los más exultantes placeres, con la certeza de que en la vida
real somos Uno, omnipotente, omnisapiente y omnisciente.